sábado, 5 de marzo de 2011

Corazón de Cristal - Quinto Capítulo:


  
 Capítulo V
“SOLO TUYA”

Ya habíamos comido y disfrutábamos del postre. Emmett plácidamente parlanchín y yo no tanto. Sabía que era una necedad, pero no dejaba de pensar una y otra vez que me encontraba cenando con el hombre equivocado. Aunque este fuese todo lo que podía pedir una mujer: guapo, preparado (profesionalmente), de economía estable (muy estable), amable y divertido; yo no podía dejar de recordarme que lo único que  deseaba era al ángel que se había quedado inquieto en su casa.
Odié dejar a un Edward que se removía impasible en su cuarto. Se negaba a sentarse o acostarse. De hecho parecía querer escabullirse pero no lo consideré prudente o ¿Será que no quería ver su cara antes de salir porque sabría que no podría dejarlo? En fin. Cualquiera que haya sido las razones por las que lo dejé, ahora me parecían insignificantes y me moría por poder llamarlo.
<<¡Pero qué enferma!>> no paraba de reprocharme una parte de mi cerebro <<Es solo una cita. Disfruta por una vez y deja al chico en casa>>. No sabía de donde provenía aquella voz pero la desterré de un tiro. Sabía que no podía dejarlo, ni siquiera unas condenadas tres horas que era lo que llevaba fuera de la casa de los Cullen.
—Bella, ¿Me estás escuchando? —preguntó Emmett mientras tronaba sus dedos frente a mis ojos.
— Disculpa, Emmett. Pero es que estaba recordando algo que dejé al pendiente.— no sabía cómo terminar la mentira.
—¿Por casualidad ese pendiente tiene que ver con mi hermano? —habló como si estuviese tanteando el terreno. Adivinando por completo lo que estaba atravesando mi mente en ese momento.
Asentí sin más remedio ¿para qué negarlo?
—La verdad es que…
—La verdad es que eres una adicta al trabajo. —sentenció.
—¿Estás decidido a completar mis frases por todo lo que dure la noche? —contuve la risa.
—No, es solo que nací con dotes de telequinesia. —bromeó él y desplegó una radiante sonrisa. Luego puso un gesto de profundidad. —Ahora en serio ¿Qué te preocupa tanto de Edward? Desde que llegué hace tres días apenas y te apartas de su lado. He podido ver su recuperación; no me lo tomes a mal; pero me intriga que siempre estés cerca de él.
Otro que lo había notado. Primero Carlisle, ahora Emmett. Tragué grueso y traté de justificar mi comportamiento sin dejar entrever mis sentimientos por su hermano menor.
—Edward es mi paciente más especial. Es la primera vez que trabajo con alguien que se ha recuperado a una velocidad casi increíble, y no quiero perder el tiempo. Además disfruto mucho de la paz que él me infunde. Así que lo veo más como un intercambio de favores. —dije y tomé una cucharada de helado de vainilla. Este estaba casi todo derretido y apenas había tomado tres pocos.
La mirada de Emmett se llenó de ternura.
—Supongo que ya lo has escuchado, Isabella pero…Gracias. —dijo sentidamente. —He sido testigo, desde el teléfono siempre, del calvario que ha pasado mi madre con cada enfermera que se ha encargado de mi hermano. Incluso con aquella que lo auto medicó y le causó una arritmia cardíaca…
Solté la cucharilla en el acto y sé que mi mirada tenía un filo asesino porque hasta Emmett se encogió en el asiento.
— ¡¿Qué alguien lo qué?! —dije en tono bajo pero no por eso menos atemorizante. —.La señora Esme nunca me dijo nada acerca de eso.
—Es que no pasó a mayores. —se excusó Emmett.
Intenté sosegar mi rabia, frustración y preocupación. Parecía que era imposible llevar un ritmo de vida normal cuando de Edward se trataba. Tomé mi cartera y me disculpé apara ir al sanitario. Al volver Emmett ya había pagado la cuenta y nos fuimos de regreso a la casa.


*.*.*.*.*
—Siento mucho si no estuve a la altura de tus expectativas pero de verdad te digo que todo lo que respecta a tu hermano me preocupa y más cuando se trata de algo como esto.  —comenté mientras jugueteaba con la correa corta de mi bolsa de mano.
Emmett negó con la cabeza y respondió con cortesía.
—Ciertamente no reaccionaste como esperaba pero eso me gusta de ti, Bella Swan. No eres una mujer convencional: te entregas en cuerpo y alma a lo que haces y eso es encantador.
Entonces vi en sus ojos una expresión que a partir de allí me dificultaría más las cosas: admiración. Y no como lo haría alguien por una persona con muchos méritos, sino como un hombre que comenzará pronto a cortejar a una mujer.
Le dediqué una sonrisa lo más cortés que pude y me enderecé en el asiento del copiloto. El resto del camino transcurrió entre momentos de silencio, y de ausentes asentimientos.


*.*.*.*.*
Cuando descendimos del auto le agradecí de nuevo a Emmett y nos encaminamos por las escaleras de la entrada. Casi me petrifiqué al ver a Edward sentado por los ventanales que estaban junto a la puerta con la mirada perdida.
Me apresuré a entrar, solté mi bolso de mano y me  arrodillé a un lado de él. Mi ángel estaba sentado abrazándose las rodillas y mirando hacia el exterior.
—Edward. —lo llamé con tono lastimero. Pero él no reaccionaba a mi voz. —Edward, cielo. Vamos a la cama ¿qué haces fuera de la cama a esta hora? —hice amago de levantarlo intentando alzarlo por los brazos, pero al parecer no quería cooperar.
Me acerqué a él de nuevo y le hablé al oído.
— Por favor, ángel. Subamos. —sentí que un pequeño escalofrío le recorrió la espalda pero continué. —No quiero que te enfermes por estar aquí tirado, está haciendo demasiado frío para estar acá.
Pero nada. Ni mis ruegos ni mis tirones parecían hacerle efecto, estaba comenzando a desesperarme. La señora Esme llegó con una taza de algo humeante y pude notar su alivio en cuanto me vio junto a su hijo.
—Gracias al cielo ya llegaste, Bella. Edward no se ha levantado de allí desde hace más de tres horas.
En eso entró Emmett y observó la escena a su alrededor con preocupación.
—¿Qué ha pasado, mamá? ¿Qué tiene Edward?
— Le estaba diciendo a Isabella que no se ha levantado de allí desde hace más de tres horas. He intentado de todo pero no ha querido cooperar. Le traía este té para ver si por lo menos entraba un poco en calor, debe estarse congelando. —tenía ya unos cuantos meses trabajando para los Cullen y aún no podía inmunizarme a esa mirada de triste frustración de Esme. Era como si viera a través de sus ojos un infinito calvario que no parecía estar cerca de acabar.
Emmett se aproximó a su hermano e intentó levantarlo introduciendo sus fornidos brazos por debajo de los de Edward para poder levantarlo. Pudo ponerlo en pie pero nadie estaba preparado para lo que haría a continuación. Sin mirarnos a ninguno y aun frente a la ventana rompió en llanto, pero no como si hubiese tenido una crisis nerviosa como la que hizo hacía un tiempo atrás; sino como si algo lo hubiese herido. Sus espasmos de llanto embargaron la entrada.
La señora Cullen se aproximó a su hijo menor y lo tomó por los brazos pero se dirigió a Emmett con turbación:
—¿Lo levantaste muy bruscamente? ¿Sentiste que algo de sus brazos traqueó?  —luego me miró a mí —¿Se haría daño?
Negué con la cabeza. Sabía que algo le había causado dolor, pero no fue el agarre de su fuerte hermano, ni un músculo desgarrado ni nada por el estilo. Era alguien quien le había infligido aquella pena.
Alguien ruin y egoísta.
Alguien…como yo.
Respiré hondo y le respondí:
— No, señora Esme. Él ha demostrado tener una amplia tolerancia al dolor... —<<Al menos el físico>> —y no se pondría a llorar así por eso.
—¿Entonces qué le pasa? —me interrumpió ella.
—Déjenme a solas con él. Yo me encargo. —respondí con tranquilidad.
—¿Pero y si necesitas ayuda con él? —intervino Emmett.
Lo miré a los ojos de manera tranquilizadora.
— Si así fuese, no dudaré en llamarlos pero ahora necesito quedarme a solas con tu hermano. Creo que solo así estará más tranquilo.
Mientras decía eso, Edward seguía entre los brazos de su madre quien luego me cedió el lugar para poder tomar el control de la situación.
Limpié las lágrimas tibias de su hermoso rostro y sentí como se estremecía ante mi roce. Miré por encima de su hombro para percatarme de que la señora Cullen y su hijo se hubiesen ido. Y así era, solo que él se alejaba poco a poco y volviendo su mirada hacia nosotros cada cierto tiempo hasta que por fin se perdió escaleras arriba.
—Ángel, mírame. —susurré cerca de su rostro. —Mírame, por favor. Sé que te lastimé, pero te juro que no fue mi intención. —Nada. Solo las lágrimas se detuvieron pero no hizo ningún intento de moverse.
Entonces tomé sus manos, las cuales por cierto estaban heladas y las estreché entre las mías.
—Edward, si me dejas llevarte a tu cuarto te prometo que no me volveré a apartar así de tu lado. ¿Confías en mí?
Y fue entonces cuando esos hermosos ojos color azul grisáceo se posaron en los míos con una expresión dolorida.
—Vamos a tu habitación y me quedaré contigo hasta que te duermas. – dicho esto me encargué de encaminarnos hacia su cuarto.
Era extraño ver como Edward podía desenvolverse. Nunca; ni siquiera cuando empecé; necesité enseñarle el camino a esta. Siempre se movía lento pero seguro hasta su habitación, eso me demostraba que su curación era posible. Sus avances han sido notorios ante los ojos de todos. En resumidas cuentas él era un chico especial. Mi ángel especial.
Llegamos hasta su recámara y lo coloqué en su cama, lo arropé y luego me senté a su lado por debajo de la gruesa colcha. Podía sentir claramente el calor que su cuerpo emanaba hacia el mío. Y eso era tan bueno como malo. Bueno, porque no había sensación que se comparase al hecho de tenerlo pegado a mí. Y malo, porque no solo ansiaba su presencia, sino que me sabía deseosa de sus caricias y aquello me hacía sentir como una depravada.
¿Qué clase de demonio era yo que anhelaba tomar la pureza de un ángel como él? ¿Qué me daba ese derecho?
Respiré profundo tratando de recomponer mi autocontrol. Bajé la vista y acaricié su cabello broncíneo una y otra vez, eso pareció ejercer cierta influencia en él pues sus hombros se relajaron y su respiración se hizo más profunda. Me giré, apoyé mi codo en su almohada mientras mi cara estaba sobre la de él, pero un poco alejada. Sabía que no era tan fuerte como para tentar a mi suerte, o la falta de ella.
Acaricié su cabello en silencio durante un rato buscando las palabras correctas para dirigirme a él. Al no encontrarlas dejé que fluyeran libres, al fin y al cabo todo parecía salirme de manera natural con Edward; para bien o para mal.
—¿Sabes una cosa? Hoy la pasé muy bien con tu hermano en la cena. —su ceño se frunció pero su mirada se mostraba perdida en algún lado. —¿Y sabes una cosa más? Te eché de menos. Muchísimo. Tanto que sé que la próxima vez que salga de esta casa a pasear, será contigo en vez de él. Lamento haberte hecho pasar un mal rato, ángel.
Entonces me vio y le sonreí.
—Ahí estás. —musité y con las yemas de los dedos recorrí los alrededores de sus hermosas orbes azules grisáceas. —Me hicieron falta este hermoso par esta noche. Quizá me estoy volviendo loca, pero te necesito cerca si quiero estar tranquila y feliz. Me estoy haciendo una adicta a ti y eso me asusta.
Escuché su respiración constante mientras nos mirábamos sin desviar la vista ni un segundo. Entonces sentí algo tan hermoso como inesperado. Su mano, esa suave extremidad que en pocas oportunidades había tenido el privilegio de sentir encima de mí de manera voluntaria; tomó una de las mías que había metido por debajo de manera distraída. Me di cuenta de eso cuando él me apretó por debajo de la manta. Sentí que una lágrima quería escaparse y sinceramente no tuve la fuerza para retenerla. Entrelacé nuestros dedos correspondiendo a su gesto y reconocí un brillo especial en su mirar. Estaba feliz aunque sus labios no pudiesen expresarlo.
Me dejé resbalar en la cama hasta que estuvimos acostados al mismo nivel. Cara a cara, con nuestras manos unidas tan fuertes como nuestras miradas, e intercambiando alientos y sensaciones que parecían estar tan cerca como lejos. Me pegué a él de manera que nuestros cuerpos se tocaron, y juro que tuve que hacer un esfuerzo hercúleo para no hacer de esto algo menos ético de lo que ya era de por sí.
Al cabo de un rato le dije lo más importante y lo más sincero que diría aquella noche:
—Edward, sé que has pasado por cosas muy duras, entre eso lo que te he hecho pasar esta noche; pero te juro que no pondré a nadie por encima de ti. Soy tuya, ángel. Solo tuya.
Cuando terminé de decir esto él me soltó. Las manos me picaron extrañando su tacto, pero fue entonces cuando su brazo se aferró a mí y yo entre encantada, sorprendida y conmovida me quedé quieta por unos largos segundos.
Nuevamente noté que su mirada taladraba a la mía con profundidad, como si reclamase algo. Como si me reclamase a mí. Dejé que pasaran los minutos mientras que seguíamos entrelazados. Esperé a que se durmiera y cuando así fue me levanté con sumo cuidado de su lado. Tomé asiento en la cama de espaldas a él y me quité los tacones. Quería hacer el menor ruido posible. Luego me dispuse a levantarme y una mano me tomó fuerte de la muñeca. Sorprendida me giré hacia Edward que estaba inclinado hacia un lado con mirada suplicante.
—Vuelve a dormir, áng…
—Bella…no. —y fue entonces cuando por primera vez en mi vida escuché la voz de Edward. Había dicho mi nombre y me pedía que no me fuera.
¿Acaso estaba dormida? Moví la cabeza de lado a lado para despabilarme, pero no. Esa sensación cálida tomándome de la muñeca y esos pozos hermosos y expresivos que tenía por ojos me indicaron que estaba más despierta que nunca.
Me puse de rodillas y tomé su rostro entre mis manos. Pensé que solo mi respiración estaría errática, pero la de él también parecía estarlo. Le había costado mucho decirme aquellas dos palabras. Lo más perfecto que había escuchado.
Deposité un beso en su mejilla y mis labios sintieron el deseo de ir más abajo, pero me contuve.
—No…Bella. —habló de nuevo, apretando más su agarre en mí.
— No me iré, ángel. Me quedaré contigo. Hasta que tú así lo quieras.
Y rogué a Dios porque le diera la oportunidad de decirme que me quería con él para siempre.
Ojalá ese avance fuese una señal.





DIOSSSSSS! Hasta que por fin!! Sorry nenas sé que esto lo debía desde enero y me disculpo. Gracias por darle apoyo a esta historia que jamás creí que gustase; solo la hice porque sentí la necesidad de hablar sobre un tema tan común como triste que es el AUTISMO y darle una notita mágica…en fin…gracias a todos y todas…
Este capítulo se lo dedico a mi amiga Adriana que tuvo una pérdida irreparable esta semana. Ánimo, cielo. Ahora tienes a otro ángel guardián contigo. Se te quiere muchísimo.
Y a todas ustedes. Besos y abrazos…
Nos leemos pronto…muy pronto…



15 comentarios:

  1. WOWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWW QUE CQPI TAN HERMOSOOOOO EL YA ESTA MAS RECUPERADO Y ELLA SABE QUE EL TAMBIEN LA QUIERE Y QUE POR ESO ESTA SALIENDO ADELANTE......
    POR FIN DIJO ALGO HAY MARIE ME MATARAS PO DECIR ESTO PERO YA QUIERO EL PROXIMO CAPITULO XD
    BESOS DESDE COLOMBIA

    ResponderEliminar
  2. ¡¡Que buen capítulo!!!
    Es verdad que el tema es dificil, pero es increible como lo manejas, equilibras muy bien la fantasía y el respeto para aquellos que sean sensibles al tema del Autismo.
    Felicidades por tan colosal logro.
    Me encuentro cautivadísima por esta historia, y sí tienes razón, la ansiedad me ha acompañado desde enero, el capítulo estuvo genial y no te diré que valió la pena la espera, porque definitivamente esperar no fue agradable, sin embargo aquí estoy dispuesta a esperar cuanto necesites por otra probadita de esta historia.
    Deseo que te encuentres muy bien y con equilibrio en todo lo que te rodea, que muchas sonrisas te acompañen, similares a las que me causas cuando descubro un capítulo nuevo de alguna de tus historias.
    Gracias por seguir compartiendo tus letras con nosotros.
    Que estés bien.

    ResponderEliminar
  3. OMG!!!!!!!!
    HERMANAAAAAAAAAAAA
    lo amo tantooo y a ti tambieen!!
    DIOOOS EDWARD HABLO POR PRIMERA VEEZ, TE JURO QE SIENTO UNA GRAN FELICIDAD!!!
    DEBERIAS ACTUALZAR MAS SEGUIDOOO TAL VEZ UNAS SIETE VECES DIARIAAS!!!
    cremee qe asi no me quejo! :P
    jajajajajj te amo hermana
    y te juro qe este Fic se ha convertido en mi favoritoo de todos los que he leidoo!! besooos!!

    ResponderEliminar
  4. Miren...me dejan sin habla...ese apoyo que me dan en cada actualizacion me parece surrealista...en serio muchísimas gracias...

    Leymi: de ti lo unico que puedo decir es que...SIIIIIEMPRE ESTÁS! y eso es muy importante para mí. Estás al pendiente de cada uno de mis movimientos en cuanto a las historias...GRACIAS, NENA!

    Lizzy: Hermanita, no puedo actualizar sietes veces diaria porque aunque no lo creas tengo una vida...ajajajajaja no mentira. Sé que esta es tu historia favorita y por eso trato de poner todo mi empeño en ella. Espero que en ninguna oportunidad quedes decepocionada.

    Y Angie: Niña...A TI HAY QUE CONOCERTE! o sea cada análisis que me haces por actualizacion me deja atónita...si tienes facebook agrégame para poder contactar contigo. Y tambien gracias por estar al pendiente aunque te deje esperando siglos...espero que estés un poco mas tranquila puesto que he hecho tres actualizaciones relativamente rápido...Besos

    ResponderEliminar
  5. Hola, gracias por tus palabras.
    Tambien me gustaría conocerte... Sabes que admiro tu forma de escribir y me encuentro al pendiente de cada una de tus actualizaciones, pero debo decirte que no soy muy afecta a manejarme en internet jajaja aquí viene lo confuso... no tengo Facebook, no pertenezco a ninguna red social y tampoco tengo un blog, creo que lo mas lejos que llego es a tener correo electrónico.
    Siendo honesta, no le he encontrado el sentido a toda apertura social jajaja, además que la naturaleza de mi trabajo me exige mantenerme digamos que con un "perfil bajo" por aquello de la seriedad, etc.
    Así que algo cohibida declaro que escribirte en tu blog es lo mas que he hecho en una red social y me agrada mucho hacerlo.
    ¿Un e-mail te parece buena opción?

    ResponderEliminar
  6. ... La petición de Lizzy es descabellada... pero si lo pienso dos veces, me agrada jajaja

    ResponderEliminar
  7. Vale...te dejo mi correo personal...becerrariveromaria@gmail.com

    ResponderEliminar
  8. Dios mio!!!!
    gracias, primero q todo y q nada, de veras te agradezco por esta completamente hermosa historia!!!
    es perfecta.
    llega al corazon y derrumba todas las barreras del dolory los problemas ... de no ser por ti y tu maravillosa genialidad al empezar esta historia, no me sentiria tan feliz de estar inmersa en este loco mundo del blogger...
    te felicito eternamente ojala y no nos hagas esperar tanto para q sigas con estas historias!! adoro cada palabra y me llegan en lo mas profundo!! gracias toatales y eternas, mis lagrimas de este momento son de felicidad por hallar tan hermosa y a la vez triste historia: te mereces todos los buenos coments del mundo!!!
    AAAAAH FELIZ DIA DE LA MUJER!!!besotes y abrazotes!!
    tkm muchisimos salu2 desde Peru, se te kiere...
    Alexa!!

    ResponderEliminar
  9. Perdon estaba perdida pero estoy aqui otra vez para decirte que me encanto mucho este capitulo y ya lo extrañaba....Sigue asi hermosa que lo haces genial...

    ResponderEliminar
  10. Angiee me caeee bieen xD

    "Angie dijo...
    ... La petición de Lizzy es descabellada... pero si lo pienso dos veces, me agrada jajaja"

    Lo vez hermanaa!!!.. puedes suspender ciertas actividades inecesarias... como... comer?... quien necesita comer?? :P
    y hermana cremee qe JAMAS terminare desepcionadaa!!, sea cual sea el giro de esta historia, yo se que sera sensacional!!!... te amoOOO!!!!!!

    ResponderEliminar
  11. ME ENCANTOOO!! EDWARD ESTA MUY RECUPERADOO!!.....

    hay apoyo a mI hermana Lizzy!! deberias actualizar todos los dias.. ais no tendriamos que recurrir al acosa..!! (xD) amo este fic.. la manera en que equilibras todo y lo haces tan realista mas tratandose de un tema tan complicado como es el autismoo!!!....!
    ME HICISTE FELIZ!!

    ResponderEliminar
  12. No es por presionarte pero...

    ¡Desde hoy me declaro en huelga de hambre!

    Claro, mi huelga termina cuando actualices alguna de tus historias, de preferencia "Corazón de Cristal".

    ¿Me dejarás morir?

    ResponderEliminar
  13. Hermoso!!! hermoso!! hermoso!! me encantó el capitulo por fin reacciona!!! lindisimo capitulo!!

    ResponderEliminar
  14. Hola nuevamente... jeje... volví a retomar esta historia... Y me ha encantado!!! Sólo quiero saber a dónde debo dirigirme para poder seguirla xq me voy a quedar sin capítulos y no puede ser!! Jaja... Yo se que sigue xq la he dejado creo en el capítulo 20.. Hay más verda?.. espero que si... Y felicidades :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Nani. Por ahora la historia está en edición pero solo la estoy subiendo tanto en Fanfition.net como en Wattpad. Puedes ir al último post que acabo de dejar en este blog donde explico mejor la situación. Un besote.

      Eliminar